Proyectos
Trabajos Memoria
Sus ojos eran azules
“El amor es una cosa seria. Una práctica para la carne, una responsabilidad para el corazón” Eduardo Bleier Horovitz
Agradecimientos: A los familiares de Bleier, Castro y Blanco. Al Instituto Nacional de Derechos Humanos. A la Comisión Honoraria de Sitios por la Memoria. Al equipo de investigación forense. A Fiscalía de Derechos Humanos, al Fiscal de Derechos HUmano Dr. Perciballe y a la Fiscal Dra. Tortora. A Rosa Maciel por sus clases de macramé. A Luis Aldabe y a Zenia Toribio, por el apoyo permanente que me dan. A Emilio Toribio y Olira Viñas, en mi memoria y corazón por siempre. Obra expuesta en el Espacio de Arte Contemporáneo desde el 10 de diciembre 2020 en el 59 Salón Nacional de Artes Visuales. Montevideo, Uruguay.
Obra seleccionada para el Salón Nacional de Artes Visuales 2020.
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Jardín Infinito
Fotografía artesanal sobre madera, realizada sin cámara, con la antigua técnica cianotipia, intervenida con óleo.
El espiral está formado por el contacto directo entre las tierras de las tres fosas de desaparecidos víctimas del terrorismo de Estado: Eduardo Bleier Horovitz, Julio Castro y Ricardo Blanco. Son las tierras de los sitios donde fueron hallados sus restos óseos durante excavaciones antropológicas, entregadas a la artista por la Institución de Derechos Humanos del Uruguay.
Palmera Butia (Butia capitata), Anacaguita (Cordia boissieri), Chilca (Baccharis latifolia), Plumerillo (Calliandra tweediei), Mburucuya (Passiflora caerulea), Canelón (Myrsine laetevirens), Pezuña de vaca (Bauhinia forficata), flores de Ceibo (Erythrina crista-galli), barba de viejo (Tillandsia usneoides), Yucca (yucca elephantipes),Viznaga (Ammi visnaga L.).
Obra adquisición Museo Cabildo de Montevideo.
Cianotipo sobre madera intervenido con óleo
91,5 x 1,81 cm
Planeta azul
Interpelo a las tierras que contuvieron escondidos los huesos de tres víctimas de terrorismo de Estado durante la última dictadura militar en Uruguay. Con las tierras que escondieron sus cuerpos durante más de tres décadas, siembro un jardín en el Museo de la Memoria de Montevideo. Con una técnica fotográfica antigua y manual, realizo cianotipos de gran escala. Busco la energía que quedó en la tierra, generando una serie de imagenes que son engranaje colectivo.
Eduardo Bleier Horovitz, judio, comunista, secuestrado en 1975, y amigo de mi abuelo, fue hallado en 2018. Apartir de entonces comencé a investigar el concepto de tierra como archivo de la memoria y luego de dos años de solicitudes burocráticas y judiciales, la Insititución de Derechos Humanos del Uruguay me hizo entrega de tierra de la fosa de Eduardo, de la fosa de Julio Castro y de la fosa de Ricardo Blanco.
Planeta azul se llama el jardín que siembro en el Museo de la Memoria de Montevideo, un site specific, un laboratorio artístico en un sitio de memoria, un jardín que se propone como un espacio de contemplación activa, donde podemos sentarnos a mirar, plantar, sentir el abrazo de las flores que no pudieron cortar.
Cada planta que se integra es un acto performativo colectivo, cada una contiene una tierra de esas tierras, que son archivo. Familiares de víctimas, defensoras y defensores de derechos humanos, niñas y niños de escuelas y del barrio, traen su planta, realizan su rito. Cuido cada planta, realizo un herbario. Con esas flores, hojas, tierra creo imágenes por contacto directo entre la emulsión fotográfica y los objetos botánicos, creando huellas.
Usando una de las primeras técnicas fotográficas, la cianotipia, sin cámara y por contacto directo, creo huellas de las tierras y su jardín. La cianotipia es una técnica del 1840, muy usada para la copia de planos en arquitectura e ingeniería, elijo esta técnica porque propongo la memoria como cimiento de nuestra sociedad. Las líneas generadas por los dibujos de luz de esas huellas botánicas se imponen con su belleza ante el olvido, esas líneas de la memoria cuyo origen son los tallos de las plantas crecidas en el jardín, sostienen nuestras libertades.
En Uruguay este es el primer espacio en homenaje a nuestros desaparecidos hallados, recordarlos plantando flores con la tierra de las escavaciones es sembrar futuro. Ellos son la prueba de los enterramientos clandestinos, esta tierra los mantuvo escondidos pero también habló, y puede tener aún mucho que decir y es necesario preguntarle, con todos los lenguajes posibles. Si bien el arte no ridime através de la experiencia estética, recordar es una acción vital, como lo es plantar.
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Glicinas, del país del Nunca Más.
Las flores de la glicina, símbolo de belleza y humildad se inclinan ante las hojas de roble, que brotan de la tierra Tierra de los sitios donde fueron encontrados tres desaparecidos uruguayos: Eduardo Bleier Horovitz, Ricardo Blanco y Julio Castro. Esta obra de arte fue creada utilizando una antigua técnica fotográfica, sin usar cámara, por contacto directo poniendo en contacto los objetos y la emulsión fotográfica sensible a la luz del sol. La cianotipia es un proceso de impresión fotográfica sin cámara inventado en 1842 por el científico y astrónomo Sir John Hirschel, que produce una impresión azul cian cuando una superficie recubierta de química se expone a la luz solar.
Eduardo Bleier Horovitz, judío y comunista, Julio Castro, docente y periodista y Ricardo Blanco, sindicalista fueron encontrados en zonas militares, por el equipo de antropología forense. Fueron enterrados escondidos durante cuarenta años.
La artista obtuvo la tierra por el Instituto de Derechos Humanos Uruguay, y además cuenta con el permiso de la Fiscalía de Derechos Humanos, y la Fiscalía de cada causa.
Cyanotype Painting Watercolors
Cotton Rag Paper
50 x 70 cm
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